Introducción a los cristales
Cuando estudiamos, aprendimos que el mundo inerte estaba
compuesto por las piedras; y con el paso de los años y del fluir de la intuición, nos podemos dar
cuenta que los cristales son seres
vivos. En muchos casos son seres que
llevan miles o millones de años evolucionando y que tienen una sabiduría
inmensa; son seres que tienen la generosidad y habilidad de poder ayudar a
sanar tanto física como mentalmente.
También son de gran ayuda en el proceso de meditación, ya
que aprovechamos las vibraciones las cuales nos regalan su armonía.
Trabajar con cristales, enfocados a la sanación, consiste en
poner el cristal encima de una determinada zona del cuerpo y dejarlo allí unos
minutos. La vibración curativa del cristal entrará en contacto con la zona
desequilibrada y le dará lo necesario para que está sane y recupere su
equilibrio natural.
Dedicar y programar
tus cristales te ayudara a trabajar más eficientemente. Es parte del ritual del
trabajo con cristales. Como las piedras
son poderosas por derecho propio, hay que aproximarse a ellos con respeto.
Existe un proceso que se denomina “días del Cristal”, en el que las personas
limpian sus piedras y después meditan con ellos para sintonizarse más
intensamente con su energía.
En muy importante que
te dediques a ellos, una de las
actividades de prioridad es la limpieza. Ya que ellos adsorben y trasmiten
energía eficazmente. Una de sus funciones es la de limpiar y trasmutar las
energías negativas. Si dejas que tus cristales hagan esto sin limpiarlos
regularmente, la mayoría de ellos se saturan y no podrán realizar su trabajo
aunque algunos no requieren limpieza.
¿Qué es un cristal?
El cristal es un sólido con una forma geométricamente
regular los cristales se crearon cuando la tierra se formó, y han
seguido evolucionando a medida que el planeta ha ido cambiando. Los cristales
son el ADN de la tierra. Son almacenes en miniatura que contienen los registros
del desarrollo de la tierra a lo largo de millones de años, y son los
portadores de recuerdos indelebles de las poderosas fuerzas que la han
conformado.
Debido a la composición química de los suelos donde se crearon, más las radiaciones tanto
terrenales como solares, cada cristal tiene una configuración específica para una variedad de mineral, el cristal es
definido por su estructura interna, una trama atómica ordenada y repetitiva
especifica de su especie. Un espécimen del mismo tipo de cristal tendrá la
misma estructura interna, que se puede
reconocer cuando se examina bajo el microscopio.
Esta trama geométrica particular del cristal es la que sirve
para identificarlo, y significa que algunos cristales, como la argonita, tienen
diversas formar y colores externos, por lo que a primera vista pensaríamos que no puede tratarse del mismo cristal. Sin
embargo, como la estructura interna es idéntica, se trata de mismo cristal. Lo
crucial para clasificar los cristales, cuando el mismo cristal tiene colores
diferentes, es porque su contenido mineral difiere ligeramente, dando lugar a
los distintos colores.
La tierra en sus inicios era un nueve de gas que giraba, lo
cual dio resultado un denso cuenco de polvo. Éste se contrajo para formar una
bola fundida y muy caliente. Gradualmente, a lo largo de eones, una delgada
capa de este material fundido, el magma, se fue enfriando y formo la corteza
terrestre. La corteza terrestre tiene aproximadamente el mismo grosor relativo
que la piel de una manzana con respecto
a la totalidad del fruto. Dentro de esa corteza el magma fundido, caliente y
rico en minerales. Sigue hirviendo y burbujeando, y nuevos cristales se están
formando.
Los cristales como el cuarzo, surgen de los gases y
minerales incandescentes fundidos en el centro de la tierra. Cuando están muy
calientes se elevan hacia la superficie impulsados por tensiones causadas por
el movimiento de enormes placas tectónicas en la superficie terráquea. A medida
que los gases penetran la corteza se encuentran con La roca sólida, se van enfriando
y solidificando: un proceso que puede
tomar eones o puede ser rápido y vertiginoso.
Si el proceso es
lento el cristal crece en una burbuja de gas. Y los cristales resultantes
pueden ser de mayor tamaño. Si el proceso es relativamente rápido, los
cristales mas pequeños y sustancias
parecidas al cristal, como la obsidiana. Los cristales como aventurina se crean
a altas temperaturas a partir el magma líquido. Otros como el topacio y la
turmalina, se forman cuando los gases penetran las rocas próximas.
La calsita y otros cristales sedimentarios se forman por un
proceso de erocion. Las rocas se rompen y el agua con mineral que gotea a
través de ellas, o que es transportada por ríos, va depositando este material,
formando nuevo cristales, o bien se cementan, estos cristales suelen estar
distribuidos por capas sobre una base rocosa, y tienen a tener una textura mas
suave.
Los cristales y la cultura occidental.
Las gemas solían ser una prerrogativa real y sacerdotal. Los
sumos sacerdotes del judaísmo llevaban puesta una placa cobre el pecho llena de
piedras preciosas. Era mucho más que un emblema para designar su función, pues
trasferia poder a quien la usaba. Los hombres y las mujeres lo han usado como joyas y talismanes de
cristal desde la edad de piedra, que tenía una función protectora.
Algunas leyendas del Norte de España dicen que si queremos
librarnos de nuestras preocupaciones, penas, miedos y enfermedades, sólo
tenemos que recoger una piedra cualquiera que encontremos en nuestro camino y
contarle todo lo negativo que tengamos en mente; después tenemos que dejar la
piedra en otro lado del camino y nos garantizan que todo lo que la hemos
contado se quedará con ella.
Los cristales en la actualidad tienen el mismo poder,
podemos úsalo como joyería no solo por su atractivo externo, o simplemente
tenerlos cerca de nosotros, puede potenciar nuestra energía (cornalina
naranja), limpiar el especio que nos rodea (ámbar) o atraer la riqueza
(citrino), potenciar tu confianza (hematites). También puedes seleccionar una
piedra que fomente la abundancia (ojo de tigre) y la sanación (smithsonita), o
que atraiga el amor (rodanita)
Curación con cristales
Los cristales han sido utilizados por millones de años para
curar y dar equilibrio. Funcionan mediante resonancia y vibración. Puedes
utilizarlos en tratamientos de dolencias comunes, y también son remedios
eficaces como primera ayuda. Algunos cristales contienen minerales conocidos
por sus propiedades terapéuticas. El cobre, por ejemplo, reduce la hinchazón y
la inflamación. La malaquita tiene una alta concentración de cobre que ayuda
con las articulaciones y músculos adoloridos.
Llevar un brazalete de malaquita permite al cuerpo absorber pequeñas
cantidades de cobre exactamente del mismo modo que las absorbe cuando llevas un
brazalete de cobre.
Existe la magnetita que con su carga positiva y negativa:
seda el órgano hiperactivo y estimula el órgano perezoso. Hay cristales que
curan con rapidez, aunque pueden provocar un choque curativo, mientras otros
operan con mucha lentitud. Si quieres tratarte un dolor, puedes hacerlo con un
cristal. El dolor puede ser producto de un exceso de energía, de un bloqueo o una
debilidad. Un cristal fresco y calmante, como el lapizlazuli o el curazo rosa,
sedara la energía, mientras que la cornalina la estimula y el cuarzo catedral
será excelente para aliviar el dolor, cualquiera que sea la causa.
El lapislázuli aliviara rápidamente la migraña. Pero tienen
que hacer un trabajo de investigación para lograr identificar cual es el motivo de la migraña. Si está
causado por el estrés, la amatista, el ambar o la turquesa situados sobre la
ceja lo aliviaran. Pero si está relacionado con la alimentación, lo apropiado
será una piedra que relaje el estomago, como la piedra luna o el citrino.
Los cristales curan en todos los niveles físico, emocional,
mental y espiritual. Realinean las energías sutiles; los cristales funcionan
por vibración
Cuidados y limpieza de cristales
Muchos cristales o piedras son frágiles, algunos pueden
desvanecerse con el agua y otros pueden desintegrarse fácil mente. Las piedra
redonda y pulidas son más duraderas; incontables horas dando vuelta en arena fina
les otorga una superficie más dura. Puedes guardar las piedras rodadas, juntas
en una bolsa, pero los demás cristales deberían ser guardados aparte.
Cuando no los estés usando, envuelve tus cristales en seda o terciopelo. Esto impide que se
rayen y les protege de adsorber emanaciones externas. Tienen que limpiar los
cristales cuando los compras, después de haberlos llevado puestos y de haberlos
usado para sanar.
Hay pocos cristales
que no necesitan limpieza. El citrino, la cianita y la azeztulina son auto
limpiadores. El cuarzo claro y la cornalina limpian otros cristales y son
especialmente útiles para las piedras delicadas.
Para cargar el cristal es apropiado esperar a que llegue la fase de luna creciente o
llena. Colócalo en un recipiente y ponlo en una ventana (por la parte de dentro
de tu casa) durante 24 horas. Ten cuidado con los que no pueden recibir la luz
directa del sol. Por la mañana a éstos tendrás que apartarlos de la luz
directa, pero deja que se empapen de la energía solar de forma indirecta.
Usando un incienso normal o uno a base de salvia o cedro. Pasa el
cristal varias veces a través del humo “visualizando” cómo se limpia y luego
coloca tu cristal para ser cargado en un cuenco con piedras de hematites o
cristal de cuarzo durante 24 horas.
El agua puede limpiar tu cristal. Limpia la energía negativa
poniéndolo o en agua fría o en agua tibia. Remoja tu cristal en agua con
pétalos de flores como la rosa, madreselva o azahar durante 24 horas.
Limpiar en agua salada, basta una cucharadita de sal marina
en un recipiente de vidrio con agua fría o tibia. Coloca los cristales en el
agua. Asegúrate de que los cristales están cubiertos de agua. Deja que se bañen
en el agua durante 24 horas. Ésta es una maravillosa manera de rejuvenecer el
poder de tus cristales. Se lava la energía negativa que ha absorbido y se
recarga con la energía curativa positiva de nuevo.
No deben limpiarse en
agua salada: Alabastro, Ámbar, Calcita, Ágata Carneola o Cornalina, Cuarzo Citrino, Esmeralda, Hematite, Labradorita (Espectrolita), Lapislázuli, Lepidolita, Malaquita, Moldavita, Ópalo, Pirita, Turquesa, Ulexita, Ten cuidado con la Mica más blanda y
las piedras cristalinas.
Pueden decolorarse con
la luz del sol: Amatista, Celestina, Ópalo, Turquesa,
El ámbar puede llegar a estallar.
Carga tus cristales colocándolos bajo la luz de la
luna llena durante un máximo de 24 horas (hasta un máximo de dos noches
seguidas). Especialmente indicado para las piedras nocturnas: Cuarzo Rosa,
Selenita, Piedra Luna
Carga tus cristales enterrándolos
en la tierra o en una maceta. Tiempo estimado del proceso: 24 horas.
Las Drusas y Geodas pueden ser unos grandes cargadores y también pueden
limpiar cualquier cristal con sólo colocar en la parte superior/interior durante
24 horas.
Son especialmente indicadas las de Amatista y las de Cuarzo Hialino
(transparente). Este método se puede usar con todo tipo de cristales.