Turquesa
Color: turquesa
Procedencia:
EEUU, Egioto,Mexico, china, iran.
Atributos: la
turquesa es una sanadora muy eficaz que ofrece bienestar al cuerpo. Es una
piedra protectora, y ha sido usada por hacer amuletos desde tiempos inmemoriales.
Se cree que cambia de color para hacer amuletos
desde tiempos inmemoriales. Sobre
el chakra garganta libera antiguos votos, inhibiciones y prohibiciones, y
permite que el alma vuelva a exprese. Explora las vidas pasadas y muestra que
la creación de tu propio destino y
depende de lo que hagas a cada momento.
La turquesa es una piedra de purificación. Disipa las
energías negativas y limpia la bruma electromagnética. Equilibra y alinea los
chakras. Según el pensamiento tradicional, la turquesa uno la tierra y el
cielo, unificando las energías masculinas y femeninas. Esta piedra es empática
y equilibradora. Promueve la autorrealización, ayuda a resolver problemas
creativamente y calma los nervios cuando uno tiene que hablar en público.
Psicológicamente, la turquesa es una piedra que fortalece.
Disuelve la actitud de mártir o el auto sabotaje. Mentalmente, la turquesa
infunde calma interna al tiempo que mantiene la alerta y ayuda a la expresión
creativa. Emocionalmente, la turquesa estabiliza las alteraciones del estado de
ánimo y aporta calma interna. Estimula el amor romántico.
A nivel físico, la turquesa es una piedra excelente para
tratar estados de agotamiento, depresión o ataques de pánico. Una de sus
funciones protectoras es defender de influencias externas.
Curación: la
turquesa fortalece los meridianos corporales y los campos energéticos sutiles.
Potencia los sistemas físico e inmunitario, y regenera los tejidos; favorece la
asimilación de los nutrientes, alivia la polución y las infecciones virales, y
cura la totalidad del cuerpo, especialmente los ojos, incluyendo las cataratas.
Reduce el exceso de acidez y trata la gota, el reuma y los problemas
estomacales. Esta piedra es antinflamatoria y desintoxicante, aliviando los
calambres y el dolor.
Posición: en
cualquier lugar, pero especialmente sobre la garganta, el tercer ojo y el plexo
solar.
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