miércoles, 4 de febrero de 2015


Reiki


Consiste en un Sistema de Sanación Natural originado en Japón, a principios del siglo XX, de la experiencia energética-espiritual del venerable Sensei Mikao Usui, como lo llamaban sus discípulos, el cual nace en Japón el 15 de Agosto del 1865.


El Reiki es un sistema de sanación, autosanación y reequilibrio bioenergético mediante la transmisión de la energía Universal curativa a través de la imposición de manos.
En Reiki se trabaja directamente con el campo energético del paciente, incidiendo directamente sobre los bloqueos que perturban la libre circulación de la energía en su ser, restaura y armoniza sus sistemas, posibilitándolo y mostrándole de forma sencilla, fácil el camino hacia la salud.
Reiki consiste en una dinámica en un proceso de circulación de energía benéfica que por sí sola determina la sanación, sin que intervenga la voluntad del reikista, quien actúa como conductor o canal.

Teniendo presente que:

 Rei significa Universal, y se refiere a la parte espiritual, a la esencia energética cósmica, que penetra todas las cosas y circula todos los lugares.
KI es la energía vital individual que rodea nuestros cuerpos, es un energía materialmente sutil, que rodea todos los seres y organismos vivientes, y fluye a través de ellos, manteniéndolos vivos y en perfecto estado de salud.
El Reiki Usui Tibetano es un sistema que está compuesto por 4 niveles, recibiendo cada uno la respectiva ceremonia de activación o ajuste del flujo en los canales.
Es un sistema mucho más potente y profundo, con más símbolos, contiene diferentes sistemas de curación, potencia y profundiza mucho mas nuestro propio desarrollo y evolución, y nos convierte en un mejor canal.


Nivel I. Físico. El Despertar

 El iniciado recibe en este nivel la preparación básica para transmitir energía Reiki. No se requiere ningún conocimiento previo y la información que se transmite tiene que ver con la naturaleza de Reiki, modo de acción, técnicas de aplicación, posiciones de las manos.


Nivel II. Emocional-Mental. La Transformación. 


Tiene como requisito haber tomado el primer nivel. Se enseñan los símbolos básicos de Reiki, que son fuentes de energía. Se amplían las técnicas de utilización de Reiki y se profundiza en los principios. Aquí el énfasis del trabajo está en los cuerpos emocional y mental.






Nivel III. Conciencia. La realización

Este es un nivel muy especial. Es el nivel donde el reikista asume un compromiso personal más claro consigo mismo. Tiene como requisito haber sido iniciado en segundo nivel y esperar un mínimo de 21 días a 3 meses, dependiendo de su nivel de práctica.
Se conoce también como la Maestría Interior, pues el alumno recibe un símbolo maestro, lo que amplía notablemente la intensidad de la canalización energética y su alcance.
Se aprende a realizar la cirugía energética, a trabajar con los mándalas de Antahkarana y con el mándala de cristales, entre otras técnicas.










Nivel IV. La Maestría
La Maestría es el nivel en que se aprende el proceso de iniciar a otros en los diferentes niveles de Reiki.
Igual que en todos los demás niveles de Reiki, el compromiso personal es la clave de todo el proceso y el determinante de los resultados. De lo que se trata la maestría es de estar capacitado para iniciar a otros.
Las iniciaciones que se han recibido antes han preparado al reikista para que la energía fluya en las cantidades y calidades requeridas para que esta persona pueda iniciar a los demás.



Los Principios del reiki 

los 5 principios son "el metodo para atraer la felicidad, maravillosa medicina para todas las enfermedades del cuerpo y del alma"



        1.   Solo por hoy, daré gracias por mis innumerables bendiciones.
Apreciar nuestro entorno consciente, observar con atención a las personas a tu alrededor, escuchar atentamente una conversación, darse cuenta de lo bueno y fantástico que es la vida, de ser mas consiente de tus virtudes pero también de tus defectos, apreciar los pequeños detalles de la vida.
Aprender a agradecer cada día algo positivo, por pequeño que sea, que haya ocurrido en nuestra vidas nos hace sentir más felices y nos daremos cuenta que en realidad somos afortunados, cada uno a su manera.
  1. 2.     Solo por hoy, dejare las preocupaciones.
La preocupación presentes en nuestras vidas, y muchas veces trata de miedo de “no saber”, el miedo al cambio, la inseguridad en general.
Cuando aprendemos a confiar en nuestro camino y las cosas que ocurren en nuestra vida, confiando que todo ocurre para nuestro bien, las preocupaciones pierden de pronto la importancia. En algunas ocasiones pueden esconderse detrás de las preocupaciones, dificultades de expresión, falta de autoestima o ansiedad, miedos de “ que pensara la gente de mi..”, pero también presión laboral, estrés o quizás alguna tristeza o dolor escondido.
Reconociendo las emociones se puede empezar a soltarlas y liberarlas. Una vez aceptando las preocupaciones, se les quita el poder y con ello pueden ser sanados y liberados.
  1. 3.     Solo por hoy, me desharé del odio y del enfado.
A veces no podemos evitar tener rabia, enfado o incluso ira, y lo mejor que podemos hacer es simplemente reconocer y aceptar nuestro estado de emoción. Es entonces que podemos cambiar nuestra actitud.
·        Reconocer y observar tu rabia.
·        Examinar el mensaje que te trasmite es emoción
·        Expresarlo en una forma apropiada
·        Identificar sus orígenes
·        Aceptar la emoción como tuya
·        Y finalmente soltarla para siempre
Dejo de toda rabia un dolor que necesita ser sanado, y una vez que la energía detrás de la rabia se convierte en positiva, la rabia desaparece.
  1. 4.     Solo por hoy hare mi trabajo honestamente.
      Es dedicar tiempo nosotros mismos para el crecimiento personal y espiritual. Demasiadas veces intentamos buscar la solución a un problema en el mundo exterior, e ignoramos que la solución se encuentra dentro de nosotros mismos. Se trata de aplicar nuestro “yo”, nuestra actividad en todo lo que hacemos, poner empeño en lo que hacemos para sacar un beneficio.

  1. 5.     Solo por hoy. Mostrare amor y respeto hacia todos y hacia todo.
 El amor incondicional, el respeto, el ser amable… nos olvidamos demasiadas veces que los demás tiene los mismos problemas que resolver. Nosotros mismos queremos que nos traten con respeto, con amabilidad y dándonos una sonrisa. Para poder dar amor a los demás, tenemos que aprender a amarnos a nosotros mismos, respetarnos, mimarnos, adorarnos, querernos, aceptarnos y conocernos a nosotros mismos… ¿ Realmente sabemos hacerlo?

Enfermedades y equilibrio energetico 
La metamedicina, también llamada medicina metafísica, busca ir más allá de la medicina tradicional. Para ello, trasciende el plano físico -el cuerpo y sus síntomas- para buscar las causas psicológicas o espirituales de la enfermedad. Recupera así la dimensión de la mente y el alma.
Se basa en una visión holística que considera que las dolencias son producto de nuestros patrones de pensamiento o creencias. De este modo, cuando una forma de hablar y pensar se vuelve costumbre, se lo termina expresando en comportamientos y posturas corporales, formas de estar y mal estar.
Bajo estos supuestos, la metamedicina recupera el significado de los síntomas y entiende que la única curación auténtica proviene del deseo sincero de querer sanar. Esto puede motivar a una persona a hacer los cambios necesarios en aquellas actitudes, sentimientos y emociones que ocasionan su sufrimiento.
Al comprender el patrón de pensamiento que se esconde detrás de tus enfermedades, podrás hallar las claves para lograr la autocuración.
El corazón representa el amor, la sangre y el júbilo
Este órgano se alimenta del amor para bombear júbilo por nuestras venas. Al privarnos de estos dos sentimientos, el corazón se enfría y la circulación se vuelve perezosa. Así llegan la anemia, la angina de pecho y los ataques cardíacos.
Para evitar las enfermedades cardíacas, debemos lograr hacer a un lado los problemas en los que nos enredamos cotidianamente para disfrutar de los placeres de la vida.
Los oídos representan la capacidad de escuchar
Los problemas en los oídos manifiestan que no queremos enterarnos de algo que nos está pasando o que aquello que escuchamos nos enoja. Por ejemplo, los niños suelen padecer problemas en esta parte del cuerpo ya no se los deja manifestar su enfado.  Se encuentran, al mismo tiempo, con la incapacidad de modificar las cosas.
La cabeza nos representa a nosotros mismos
Es la parte de nuestro cuerpo por la que nos suelen reconocer. Cuando algo está mal en esta región se debe a que sentimos que algo está mal en nosotros mismos. Los dolores de cabeza, por ejemplo, pueden provenir del hecho de que nos desautorizamos. Así, quienes padecen migrañas o jaquecas suelen ser personas muy perfeccionistas con sí mismas que se presionan en exceso. Esto genera una intensa cólera reprimida.
La próxima vez que sientas un dolor de este tipo,  piensa de qué manera y en qué momento has sido injusto contigo mismo. Cuando logres perdonarte y dejar de pensar en ello, el dolor de cabeza desaparecerá.
El pelo representa la fuerza
Al estar tensos y asustados, podemos generar tanta tensión en el cuero cabelludo que no lo dejemos respirar, provocando la muerte de los folículos y la caída del cabello. Si la tensión se mantiene, el folículo seguirá estando tan tenso que el pelo nuevo no podrá salir. El resultado: la calvicie.
Se trata de comprender que la fortaleza real radica en la serenidad, en estar centrado y relajado, y no en la tensión.
Los ojos representan la capacidad de ver
Cuando tenemos un problema con ellos, generalmente se debe a que hay algo que no queremos ver, ya sea en nosotros mismos o en la vida pasada, presente o futura. Se conocen experiencias de curación impresionantes en personas que han accedido a retroceder en el tiempo para encontrarse con aquello que no querían ver y desecharlo.
Las articulaciones permiten la producción de movimientos con gracia y soltura
Cuando están agarrotadas, nuestro cuerpo se torna rígido e inflexible, perdiendo así capacidad de expresión. Su inflamación denota resistencia o irritación con respecto al movimiento. Puede tratarse de un temor a lo que nos espera por delante o la dificultad de someternos a ello.
La energía se desplaza por las articulaciones, de modo tal que una dolencia en alguna de ellas indica que estamos tomando la fuerza de esa parte de nuestro cuerpo. El motivo se vincula con la zona afectada. Por ejemplo, las articulaciones del hombro, codos y muñecas nos permiten el flujo desde el corazón hasta las manos para que podamos expresar nuestros sentimientos afectivos. Además, permiten darle rienda suelta a nuestra creatividad y nuestras aptitudes manipuladoras y ejecutivas. Cualquier problema en alguna de ellas, puede implicar un temor a expresar esa energía, una contrariedad o resistencia a ello.
Los senos paranasales: la irritación que alguien nos está generando
Se trata de los problemas que se manifiestan en la cara, en la zona más cercana a la nariz. Suelen ser la manifestación de la irritación que nos genera una persona muy cercana. Incluso es posible que sintamos que ese individuo nos sofoca o aplasta.
La espalda: nuestro sistema de apoyo
Cuando tenemos problemas con ella, es porque no nos sentimos apoyados. La parte superior de la espalda se relaciona con la sensación de falta de apoyo emocional. La parte media, con la culpa, lo que ocultamos y no queremos ver.
La garganta: la capacidad de hacernos valer y el flujo creativo en nuestro cuerpo
Se vincula con nuestra capacidad de defendernos verbalmente, de pedir lo que queremos y expresar lo que somos. Si está afectada, suele ser porque no sentimos que tengamos derecho a hacer esas cosas, es decir, a hacernos valer.
También representa el flujo de creatividad en nuestro cuerpo. Cuando frustramos y sofocamos nuestro potencial creativo, es frecuente que aparezcan los síntomas. Es el caso de aquellas personas que viven complaciendo a otros.
El dolor de garganta siempre se asocia con un enojo, siendo su máximo exponente la laringitis, enfermedad en la que la bronca es tal que no se puede hablar. Si el dolor va acompañado por un resfrío, es porque además hay confusión mental. La amigdalitis y los problemas tiroideos también son creatividad frustrada que no encuentra cómo expresarse.
Cuando nos resistimos al cambio, o estamos intentando hacerlo, es frecuente que tengamos mucha actividad en la garganta. Cuando tosas, pregúntate: ¿Qué es lo que se acaba de decir? ¿A qué estoy reaccionando? ¿Es resistencia y obstinación o se está produciendo un proceso de cambio?
El exceso de peso y los temores
Representa una necesidad de protección vinculada tanto a temores específicos como a un miedo general a la vida. La mejor manera de combatir la obesidad no se encuentra en las dietas, si no en aprender a amarse y aprobarse a uno mismo. Al contrarrestar los pensamientos negativos, es posible resolver el problema del peso.
Las hinchazones del cuerpo, por su parte, representan atascos en el estado emocional. Estos son producto de aferrarnos al recuerdo de situaciones que nos hirieron. Librarnos de esas memorias puede ayudarnos a resolver estas dolencias.
Las piernas: el miedo al progreso
Como son lo que nos mueve hacia adelante, los dolores en esta parte del cuerpo suelen señalar un miedo a avanzar o una renuncia a seguir andando en una dirección. Las venas varicosas indican que estamos en un trabajo o un lugar que nos enferma. Cuando esta afección aparece, las venas pierden su capacidad de transportar energía.
Las rodillas, como el cuello, se relacionan con la flexibilidad. Cuando avanzamos, nos da miedo inclinarnos y nos ponemos tiesos porque no queremos cambiar nuestra forma de ser. Así se vuelven rígidas las articulaciones. Las rodillas tardan en curarse porque lo que está en juego es nuestro yo. Cuando tengas problemas con ellas, pregúntate de qué estás justificándote y ante qué te estás negando a inclinarte.
Los accidentes son expresiones de cólera
Denotan una acumulación de frustraciones en aquellas personas que no se sienten libres para expresarse o hacerse valer. También señalan rebelión contra la autoridad. La bronca que genera esto termina volviéndose contra ellas mismas
Por otro lado, cuando nos sentimos culpables, un accidente es una forma de castigarnos. Al mismo tiempo, nos permite ubicarnos en el lugar de víctimas y recurrir a la compasión de los otros.  Se trata de pensar que nosotros somos los que los generamos, no el destino.
La contrapartida emocional de algunas enfermedades
La anorexia y la bulimia son la expresión máxima de odio hacia uno mismo. Se trata de identificar qué es lo que vemos tan mal y cambiar la visión que tenemos de nosotros mismos para alcanzar la aceptación.
La artritis se origina en una constante actitud de crítica hacia uno mismo o hacia los demás. Quienes padecen esta enfermedad suelen ser ellos mismos muy cuestionados, por lo cual frecuentemente son muy perfeccionistas.
El asma denota un amor que sofocaAsí, afecta a personas que no sienten que tengan derecho a respirar por sí mismos.
Los abscesos, quemaduras, cortes, fiebres, llagas e inflamaciones indican cólera que se expresa en el cuerpo. Hay que buscar la manera de dejar salir la presión acumulada de una manera inofensiva.
El cáncer es una enfermedad causada por un profundo resentimiento contenido durante mucho tiempo. Cuando en la infancia algo destruye nuestro sentimiento de confianza, nunca se olvida esa experiencia. Esto hace que el individuo viva compadeciéndose de sí mismo. La vida se presenta entonces como una serie de decepciones, con lo cual se vuelve muy sencillo culpar a otros de nuestros problemas.  Las personas que tienen cáncer suelen ser también autocríticas.
Al lograr amarnos a nosotros mismos, recordamos que las situaciones las creamos nosotros. Nuestra frustración no es culpa de otras personas.